10 abril 2006

Internet me mola

Las viudas de Internet.
Para Mariana (29) los nueve meses de convivencia con su novio fueron una pesadilla. Compartían el mismo espacio y la aventura de vivir juntos, pero habían perdido todo tipo de contacto. Su novio no se despegaba de Internet ni un instante y eso afectó seriamente a la pareja.Cuando Mariana llegaba de su trabajo encontraba el mismo escenario de todos los días: él frente a la computadora, los platos tirados, la ropa sucia, la casa desordenada y la cama sola hasta la madrugada... Cuando recién su novio decidía ir a dormir, después de su diaria y larga conexión con el mundo virtual.Sin pensarlo, Mariana se había convertido en una más de las llamadas "viudas de Internet", mujeres que sienten la muerte anímica de sus novios o esposos debido a una adicción desenfrenada por Internet que los lleva a relacionarse más con el teclado y la pantalla que con ellas.Las "viudas de Internet" viven en todo el mundo. Sus testimonios y frustraciones han despertado ya el interés de psicólogos que comienzan a hablar de un nuevo trastorno que estaría afectando no sólo a las parejas de esas mujeres, sino a ellas mismas y a su relación: "la adicción a Internet." Y las cifras son alarmantes.Según el Centro de Adicciones de Internet (Center for Online and Internet Addiction) entre el 6 y el 10 por ciento de los cerca de 190 millones de usuarios de Internet en Estados Unidos sufre esta patología: son entre once y diecinueve millones de personas. En España, un grupo de profesionales en salud mental informó que al menos un 10 por ciento de los usuarios podría estar afectado por ese problema.Para no ir demasiado lejos, en Chile, el psiquiatra Raúl Riquelme reveló al diario "Ultimas Noticias" de ese país que en los últimos dos años ha recibido con mucha frecuencia pacientes que presentan este síndrome Adictivo a Internet.¿Y qué pasa en la Argentina? A pesar de que son escasos los estudios sobre esta adicción y aunque muchos psicólogos consultados por Clarín aún no atienden a personas con este trastorno, el problema parece no estar del todo escondido. Como Mariana, otras mujeres argentinas dieron testimonio a Clarín sobre rupturas traumáticas de sus relaciones por esa causa.En el Centro de Salud Mental Ameghino, se han atendido, por el área de emergencia, varias consultas de mujeres que se acercan desesperadas a pedir ayuda para sus esposos por un apego desmedido al Internet. Así lo confirmó Diana Clerici, coordinadora del equipo de emergencias de ese sanatorio porteño.Pero, ¿de qué se trata y qué está pasando con estos inseparables de la red?. Para Gabriela Fiel Martínez, psicoterapeuta cognitiva (enfoca su terapia en el aprendizaje de nuevas conductas) la adicción al Internet está incluida en el "trastorno de control de los impulsos", dentro del cual se presenta también la "pérdida de control sobre la propia conducta".El trastorno puede presentarse de distintas formas. Clerici cuenta que estos "adictos" no necesariamente se acercan en busca de ayuda por su fervor hacia Internet, sino por un cuadro más amplio: "La dificultad de establecer lazos sociales. Por lo general se trata de personas tímidas, introvertidas, depresivas, inseguras". El 70 por ciento de los pacientes con ese cuadro, dice Clerici, presenta el uso desmedido de Internet como un síntoma frecuente.También pueden ser personas con "poca tolerancia a la frustración" que probablemente encuentran alivio en una conducta adictiva, dice Fiel Martínez. Los adictos a Internet no pueden despegarse de esta herramienta porque es su única vía de escape, de placer, de control, de poder; y hasta abandonan cosas importantes en su vida como el trabajo. "Estos son los mismos argumentos que usan las personas adictas a algunas sustancias, o drogas", asegura Fiel Martínez.Pero más allá de la adicción, ¿es Internet el drama de fondo en las rupturas familiares? Las respuestas a esa pregunta son contradictorias. Fiel Martínez sostiene que varios autores advierten, y alertan, sobre un "lado oscuro de Internet; un costado que conduce al aislamiento y a la depresión, que produce efectos adversos en la vida social, amorosa, económica y laboral".Clerici coincide en parte: "Si bien el problema es previo a Internet, la red aparece como el medio ideal para que estas personas queden aisladas y pierdan contacto con el mundo real, con sus parejas, con sus amigos, con su familia".Pero hay quienes se oponen a estos pensamientos. Sergio Salinas, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet de Argentina, dice que esa herramienta "no es causa de rupturas matrimoniales". El año anterior, la asociación hizo un estudio entre cuatrocientas parejas con problemas y en las que alguno de sus dos miembros utilizaba en forma continua Internet. En más del 70 por ciento de los casos se comprobó que las dificultades de la pareja venían de antes.Opuestos a toda estadística, Mariana y Juan aseguran que los problemas llegaron con la adicción de Juan a Internet. Sólo después de que Mariana lo echara de su casa, él reconoció su trastorno y buscó ayuda psicológica. Tras dos años de terapia, regresó con Mariana y ahora viven una relación normal."Mirar más hacia nosotros y menos hacia la computadora"Umberto Eco definió con precisión aquello que provocan las nuevas tecnologías: miedo. Miedo a que eliminen cosas que consideramos provechosas, que representan para nosotros valores en sí mismos. Hoy Internet resulta un ejemplo paradigmático de ese temor. Quizá por desconocimiento, porque las malas noticias parecen "más" noticias que las buenas, lo cierto es que la red suele ganar espacio en los medios por su relación con alguna calamidad. Así, se la ha asociado con la depresión o con la adicción, entre otros males.Hoy es el turno de los problemas de pareja. La idea que subyace a este tipo de información es que Internet "provoca" tales desgracias. Sin embargo, estos conceptos esconden una profunda ignorancia respecto a estas tecnologías. El rasgo distintivo de internet está dado por constituir un espacio social, un ámbito donde encontrarse con otros, sin las limitaciones que, en el espacio físico, imponen las distancias. Por lo tanto, y los usuarios bien lo saben, a través de la red se pueden promover los vínculos interpersonales, la comunicación entre personas, y se puede ampliar el círculo social en lo que hace a amistades, a cuestiones académicas, laborales u otras.Esto no quita que ciertas personas con algún tipo de malestar psicológico, definido así vagamente, también encuentren su lugar en la red. Pero hay que tener bien en claro que tal malestar es anterior y no causado por internet. En el caso particular de las "viudas (o viudos) de internet" hay que advertir que seguramente los problemas maritales venían de antes y que se expresaron a través de una relación en la red justamente por que ésta permite que se conozcan otras personas. Pero lo mismo hubiera sucedido si el consorte infiel hubiera frecuentado reuniones sociales donde hubiera podido conocer a alguien. Muchos conflictos de pareja salen a la luz cuando aparece una tercera persona, pero no es lícito sostener que tal persona "crea" esos conflictos, o que no existen si la pareja sigue unida porque las posibilidades de conocer a otro son escasas. Es seguro que son muchas más las parejas que se formaron gracias a internet que las que se rompieron por ella.Cuando nos enfrentamos a algo que nos aqueja, (a riesgo de simplificar) tenemos dos opciones: o bien atribuirlo a algo externo (para el caso, internet), o bien asumirlo como algo propio ("Mi pareja no funcionaba del todo bien"). La primera opción es más tranquilizadora porque nos deja a salvo de cualquier culpabilidad. Pero es la segunda la que nos va a permitir modificar algo que lleve a un cambio positivo. En pocas palabras: miremos más hacia nosotros mismos y hacia nuestras relaciones y menos hacia la computadora.DesamorAlberto Amatoaamato@clarin.comRecuerdo a las viudas del fútbol. Los sábados por la noche empezaba el ciclo de soledad que se extendía todo el domingo y el lunes, con los maridos en el café. Y no había tele. Porque después hubo viudas de la tele. Y del alcohol. Y de la droga. Y del juego. Y de la política en aquellos años tormentosos, si es que hubo años plácidos. Ahora la culpa es de internet, pobre, que nos abre al mundo y nos abre también un poco la cabezota. Seamos francos: la causa de la viudez está en nosotros. Somos lo que somos y lo que el amor hizo y hace de nosotros. Nunca es triste la verdad, dice un catalán amigo que escribe versos. A no engañarse, chicos. Con una mano en el corazón: Internet es una cosa y otra cosa, el desamor.Test para saber si usted es un adictoUn grupo de médicos españoles de salud mental creó una página de internet para informar sobre las "nuevas enfermedades" que vienen de la mano con la red. En el portal los profesionales pretenden hacer una encuesta completa para calcular el número de usuarios sin problemas, en riesgo, y con problemas de adicción. Elaboraron tres clases de tests, disponibles en la página, que contienen 163 preguntas vinculadas con la actividad del usuario de internet y otras cuestiones personales.El primero de estos tests consiste en contestar estas preguntas:1. ¿Dedica más tiempo del que cree que debería a conectarse a la red con objetivos distintos a los de su trabajo?2. ¿Piensa que se sentiría mal si redujera el tiempo que pasa en Internet?3.¿Se han quejado sus familiares por las horas que dedica a Internet?4. ¿Le es difícil estar alejado de la red varios días?5. ¿Se resienten sus relaciones por estar conectado a la red?6. ¿Existen contenidos o servicios de la red a los que encuentra difícil resistirse?7. ¿Tiene problemas para controlar su impulso de conectarse a la red?8. ¿Ha intentado, sin éxito, reducir su uso?9. ¿Obtiene gran parte de su bienestar del hecho de estar conectado a la red?Si contestó "sí" a más de siete preguntas, es un usuario con problemas de adicción. Los otros tests, en www.adictosainternet.com.

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